Londres me despide como es debido: fría llovizna, cielo cubierto, para venir a recordarme que este verano de días preciosos en Londres no ha sido más que un sueño.
No vaya a olvidar que Londres es también, y sobre todo, esto...
Esta fría despedida... esta domesticación que hace que no pueda dejar la casa de una vez...
El dolor de despertar y no poder creer que la posibilidad de vivir algo tan hermoso haya sido un sueño, de querer seguir soñando...
Y seguiremos soñando... nos mudamos
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