
martes, 29 de septiembre de 2009
EL VIAJE 3: Miami - Managua
Para el cuerpo fue: "Y bue, horas de baqueteo más, horas menos..." Para el resto fue donde comenzó la ansiedad entre el "quiero llegar de una vez" y el "demonios, al final era cierto que toda esta concatenación de aviones me traía a Nicaragua!" Ese miedo ante la concreción de lo que hasta entonces se sabía fantasía, eso comenzó en el último vuelo a Nicaragua. Eso y la sospecha, la duda y la nueva representación de un mundo ante mí. La duda de si realmente quería estar aquí, de si no bastaba con quedar en la fantasía, la sospecha de que sí, la sospecha de que no, de que no hubiera soportado Londres sin un deseo, no hubiera vivido. La idea de que podría haber tenido otros deseos, la certeza de que los tengo y, por seguro -quizá lo único en claro de todo esto, la comprobación, nunca mejor constatada, de aquello de la metonimia del deseo.

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